Dicen que la tristeza es un vicio, y a mi me apasiona escuchar música triste cuando estoy melancólica. Me reto a que me broten las lágrimas, aguanto sin dejarlas salir, y así hasta que no puedo más...
Cada día que pasa tengo el labio inferior más ensangrentado de mordérmelo, será de los nervios. Y es que, todo es una puta mierda. Es más, yo no estoy hecha para esta puta mierda. Preferiría mil veces que se torne mi piel de gris y convertirme en ceniza. Romper, y que me lleve el viento lejos con el sonido de una armónica. Ser pájaro. Ser suelo. Ser. No sé...
No concibo que me esté pasando de nuevo.