Para acabar como debía, faltaba darte mi mano para conocer el mundo en un marrón aún más brillante que el de tus ojos, más intenso, más hermoso... Pero, aún no lo he descubierto, creo. No sé, no termino de evadirme en ti y en todo lo que tu materia conforma.
Y es que, a veces haces que nuestros ojos formen constelaciones. Llenas mi espíritu con tus frases. Reconfortas mi alma cuando merodeas a mi alrededor. Hasta echas por la ventana esos gritos silenciosos que guardo en mi interior, no sé cómo lo haces...
Vas a tener que aguantar tus actos, y afrontarlos.
Y no me eches las culpas. Todo es cosa tuya.
Pues todo, absolutamente todo, es por ti. Sólo por ti.
Necesito aire, preferentemente de tus pulmones.
Necesito aire, preferentemente de tus pulmones.