No me quieren. El Red Bull ya no me hace efecto. Hoy hace viento, y las persianas se quejan. Tengo muchos exámenes que estudiar. Me duele la cabeza. No paro de llorar, sin saber por qué, esto es una mierda. Tengo mono de fumarme 467 cigarros y beberme una botella entera de Jack Daniels. Siento mi pulso en las terminaciones nerviosas de mis dedos. Me gusta alguien, quiero a otro, y amo a otro más. No sé que me pasa. Son las tres y treinta y nueve de la tarde. Los domingos, definitivamente, no me gustan. Creo que hoy debería acostarme y que mañana sea otro día ...
domingo, enero 30, 2011
sábado, enero 29, 2011
¿Amor? ríete de eso.
Con las puntas abiertas no sabemos caminar, ni hablar, ni mostrar sentimientos. Los clips del pelo desaparecen en cuanto no te das cuenta, se parecen a ti. Te dije que me llevaras contigo si te tenías que ir y no lo has hecho, nunca haces nada de lo que te pido. Estás a punto de caducar en mi vida, tendré que tirarte a la basura, como a todos los demás. Ahorro fuerzas para ponerme bonita y tú ni siquiera me miras. Me he prostituido tres veces en los últimos veintidós minutos y he hecho trece integrales (¿quién dijo que tal numero daba mala suerte?). ¡Menudas pamplinas! - dijo alguien - ya ni sé quién articuló semejantes palabras. ¿Algún día te volverás? ¿Te volverás de cara y me hablarás como si nada? Me echo de menos, pero más echo de menos quererte. Para que sepas, esto no es una carta de amor, no nos equivoquemos. Seamos realistas. Riamos. Lloremos. Bromeemos. Leamos estos fragmentos con neuronas muertas a causa del alcohol. ¡Que se mueran los mediocres! Perdamos lo inconsciente. Bañémonos en el mar una fría noche de invierno. 'Qué guapo estás hoy, qué bien te queda esa ropa, me encanta tu pelo'. Todo mentiras. ¿Dónde estarán los besos? Se los han quedado las flores. Creo que me voy a pintar las uñas en el tejado. Los colores de mis uñas están perdiendo su esencia, y los fluorescentes no sirven para estudiar. Tengo que decir algo y me da miedo. Creo que mi marido se está enamorando de mí. Pero eso solo ocurriría si tuviese marido. Hay problemas dentro de las legumbres, creo que tienen sentimientos. En fin, tengo cuatrocientos ochenta y cuatro hijos dentro de la barriga y uno se siente marginado. Menudos hijos de puta, los demás. Creo que ese es el motivo por el cual nunca tendré hijos. He dicho.
jueves, enero 27, 2011
Colapso, en mis venas. Claro.
Una fiesta en el interior del estómago. Tu silueta, el agua rozándote en la ducha. Tú y yo, entrelazados. Tocarte, sentir tu tacto, tus huesos. Gritar, llorar y beberme mis propias lágrimas. Matar todo lo que se interponga, sin resignación. No dejar pasar los sentimientos, para que no se cale el alma. Música de fondo, salpicándome en la cara, por favor. Tu mirada fija, mi miedo. Y mediocridad, disgusto, oquedad, odio, asco, rabia, todo guardado en la piel. No pienso abrir más la boca. Sólo eso, que no es poco.
miércoles, enero 26, 2011
You never saw It coming.
Si no te conociera, diría que todos los órganos que te componen son perfectos. Vería el esplendor que reluce de tu piel. No me escondería para no enamorarme de ti por las esquinas. No podría visualizar ninguna otra cosa que tus ganas de vivir. Y escribiría para ti, sin escrúpulos y sin tormentos.
Si no te conociera, no sabría de tus intenciones, de tus proposiciones. No sabría que tus voluntades saben a mentira y que todo lo que acicala tu vida es una gran mendacidad. Si no supiera de tu existencia, no sabría qué fría podría llegar a ser tu mirada, y no pensaría en las tiendas de campaña que hacíamos en todas las camas de los hoteles, como cuando jugábamos a ser niños pequeños.
Si no supiera quien eres moriría en paz, sabiendo que en tu mente no estuve yo. No guardaría todas tus fotos en los estantes de la habitación. No me acordaría de ti cada vez que pasara por ese parque. Y pondría el aire acondicionado sin tener que imaginarme cómo desabrocharía tu chaqueta.
Digamos, que estaría tranquila de todos los momentos que tuvieran que pasar.
Si no te conociera, no sabría de tus intenciones, de tus proposiciones. No sabría que tus voluntades saben a mentira y que todo lo que acicala tu vida es una gran mendacidad. Si no supiera de tu existencia, no sabría qué fría podría llegar a ser tu mirada, y no pensaría en las tiendas de campaña que hacíamos en todas las camas de los hoteles, como cuando jugábamos a ser niños pequeños.
Si no supiera quien eres moriría en paz, sabiendo que en tu mente no estuve yo. No guardaría todas tus fotos en los estantes de la habitación. No me acordaría de ti cada vez que pasara por ese parque. Y pondría el aire acondicionado sin tener que imaginarme cómo desabrocharía tu chaqueta.
Digamos, que estaría tranquila de todos los momentos que tuvieran que pasar.
Pero infortunadamente, todo esto sólo pasaría si no te conociera...
martes, enero 25, 2011
City & colour, Sensible heart.
Cuando una mirada te come por dentro. Cuando un beso no es un beso, es un te quiero. Cuando un abrazo no lo das con los brazos, si no con el alma. Cuando hablas de esa persona y no te salen las palabras para definirla. Cuando ries con él y paras para verlo reír. Cuando acaricias su piel y se te ponen a ti los bellos de punta. Cuando se enfada y lo ves más atractivo que nunca. Cuando es de madrugada, te desvelas e inevitablemente piensas en él. Cuando vibra tu movil y deseas que aparezca su nombre. Cuando le cuelgas y tienes ganas de volverle a llamar. Cuando sin saber por qué, no te puedes quitar esa sonrisa de la cara. Y sobre todo, cuando imaginas el mundo perfecto, haciéndolo protagonista del mismo...
Sabes que solo puede ser él.
lunes, enero 24, 2011
Llamadme S.
Tengo dieciocho años, y de pequeña me escondía debajo de las sábanas a leer libros. Solía escuchar los vinilos de mi padre y mirarle cuando tocaba la guitarra. Hoy día, podría decir que soy insoportable, torpe, y tímida. Hablo a base de ironías. No se me da bien casi nada, como por ejemplo cocinar, pero aún así me gusta intentarlo una y otra vez, no me cansa equivocarme. No sé ordenar mi habitación, pero si esconderlo todo en el armario. No soporto ver a mis padres pelear, por eso siempre me encierro en mi cuarto con la música alta. No se bailar ni cantar, aunque cante siempre en la ducha. Tampoco se escuchar a todas las personas, casi nadie consigue ese privilegio. Hablo poco, a veces nada. Me gusta reírme, incluso me río cuando estoy nerviosa. Soy egoísta y algo celosa. Podría matar a alguien si se interpusiera entre nuestros ojos. También me gusta exagerar demasiado las cosas. No borro los momentos malos, son los que se me quedan siempre en la cabeza. Replico demasiado y tengo demasiados amigos, pero pocas personas, podría contarlas con los dedos de una mano. Me gusta el agua, me relaja mientras no esté fría. A veces me agobio demasiado con cualquier cosa y me entra asma. Discuto a menudo por tonterías y suelo acumularlo todo. A veces no aguanto más. Ahí es cuando pago todo mi mal genio con lo primero que se me pase por delante. Me gustan muchos, quiero a pocos y amo a menos. Me importa poco la gente que critica o habla mal de los demás, porque lo que sale de sus bocas no me interesa. Solo me interesa mi vida, y la de nadie más. Odio a la gente falsa. Por eso nunca veo la televisión, me parece una perdida de tiempo. Siempre me ha gustado pasear y camino irregularmente mal gracias a la escoliosis que arrastro hace unos años atrás. MUSE es mi pasión. Me encanta la música, diría que es una de mis mayores aficiones. Ahora estoy empezando la universidad, no se qué me depara el futuro, ya se verá. Ahora mismo tengo hambre. Común en mí. Soy una pluma, pero me tiro todo el día comiendo. Me aterroriza el día en que mi metabolismo pueda cambiar. En fin, hoy tengo ganas de ver sus ojos. Fuera hace demasiado frío, hasta aquí en mi habitación lo hace, pero eso no me quita las ganas de salir. Aunque a veces la cama me puede. Febrero está al llegar y eso me pone de los nervios. Veo exámenes por todas partes. He de decir, que mi color preferido es el morado. El color de mis ojos es marrón, con tonos verdes según la luz, ya ni lo sé. Cuando miro al espejo veo tan solo un reflejo con los ojos perfilados de negro. A veces no me entiendo, pero sé lo que digo y lo que pienso, aunque no se lo diga a nadie. En cuanto a relaciones, me agobio con facilidad... Digamos, que como todas las cosas... no soy perfecta.
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