Cuando una mirada te come por dentro. Cuando un beso no es un beso, es un te quiero. Cuando un abrazo no lo das con los brazos, si no con el alma. Cuando hablas de esa persona y no te salen las palabras para definirla. Cuando ries con él y paras para verlo reír. Cuando acaricias su piel y se te ponen a ti los bellos de punta. Cuando se enfada y lo ves más atractivo que nunca. Cuando es de madrugada, te desvelas e inevitablemente piensas en él. Cuando vibra tu movil y deseas que aparezca su nombre. Cuando le cuelgas y tienes ganas de volverle a llamar. Cuando sin saber por qué, no te puedes quitar esa sonrisa de la cara. Y sobre todo, cuando imaginas el mundo perfecto, haciéndolo protagonista del mismo...
Sabes que solo puede ser él.
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