Está oscuro. Noto calor. Algo húmedo, suave... No puedo pensar bien... Tu corazón. No para de latir. Una y otra vez. Una y otra vez. No para. No para. Y yo no puedo parar de besarte. Una y otra vez, una y otra vez. No puedo dejar de abrazarte, de acariciarte. Suave, suave, suave, muy suave...
Respiro y odio el oxígeno. No, no quiero salir de tu boca. Quiero vivir allí para siempre. Y lamerte, lamerte, lamerte hasta saborear cada poro de tu piel, hasta que tu olor quede atrapado en mis pulmones, hasta que pueda vivir sin aire...
Respiro y odio el oxígeno. No, no quiero salir de tu boca. Quiero vivir allí para siempre. Y lamerte, lamerte, lamerte hasta saborear cada poro de tu piel, hasta que tu olor quede atrapado en mis pulmones, hasta que pueda vivir sin aire...
Déjame sentirlo. Deja que no acabe. No quiero separarme de ti. No quiero dejar de sentirlo. Es bonito, hermoso. Realmente merece la pena. ¿Por qué lo desprecias? Si realmente merece la pena... ¿por qué lo desprecias?
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