jueves, abril 07, 2011

Yo, ÉL, ese y aquel.




- Me muero.
+ Solo es un capricho, se te parará. Y si piensas que no lo es...
- No sé qué hacer.
+ Haz una balanza. A mi me funcionan. Siempre acabas eligiendo la mejor opción. 
- Una balanza? Si ni siquiera puedo definirme... Solo sé que él es, tan solo es más que las estrellas del cielo, más que las nubes, más que las palabras raras de anatomía vegetal, más que las palabras terminándome de besar, más que las caricias por la espalda, más que las fresas con chocolate y azúcar. Más que un te quiero con los labios, y la lengua, y las manos, y los ojos, y... De repente llega ese, y me anula, me consigue, me hace olvidarme de todo. E incluso consigue ser más que ÉL, y más que yo, y más que todos. Y eso me mata. Me rompe. Me deshace. Me quiebra. No lo aguanto. Siento que no lo aguanto. 
+ Pero eso es egoísta. Tienes que decidirlo, o acabarás haciendo más daño del que ya hay. Aclárate por dentro.
- Lo sé, ¿te crees que no lo intento? El problema es que son opuestos. Y yo estoy en el medio. Aguantando, en silencio, con el corazón detonándome como una bomba ...

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